La biofumigación es moderna pero aún algo desconocida para la mayoría de agricultores de hortícolas y otros eslabones de la cadena de suministro. Se trata de algo paradójico, ya que la biofumigación aporta un gran número de beneficios al suelo y a la salud de la planta, que finalmente puede resultar en una menor aplicación de pesticidas.
La biofumigación actúa en dos tipos de patógenos a través de los siguientes mecanismos. Por un lado la acción de un “cultivo trampa” sirve para luchar contra los nematodos. De esta forma al cultivar determinadas variedades de rábano, estos organismos no obtienen los nutrientes que necesitan para crear una nueva generación; por lo que mueren y se interrumpe su ciclo de población. El segundo mecanismo utiliza los componentes naturales de determinadas especies de brassica, los cuales generan gases llamados isotiocianatos; tóxicos para muchos hongos y bacterias de suelo pero que no perjudican a aquellos organismos beneficiosos.
Como se ha mencionado previamente, la biofumigación es una técnica novedosa y su cultivo requiere un especial manejo y gestión. Nos complace ofrecerle nuestro asesoramiento para usar este producto de la forma adecuada.